Un 0,4% del presupuesto nacional para 8 millones de argentinos

Los aumentos constantes en los precios de los alimentos básicos –principal motor de la inflación que en los últimos años estuvo siempre en el orden del 30% promedio- golpean constantemente sobre los ingresos de los sectores más humildes. Solo en la Provincia de Buenos Aires más de un millón de personas se agregaron desde 2012 a la fecha, a las que se encuentran por debajo de la línea de pobreza, alcanzando al 33% de la población los que revistan en esta situación. Los aumentos en las asignaciones que buscan paliar este escenario, algunos de cierta envergadura (a partir de junio la Asignación Universal por Hijo se elevó un 40%) siguen siendo absolutamente insuficientes para detener el deterioro de su poder adquisitivo.

En octubre de 2013, el valor de la AUH era de $460 y alcanzaba para cubrir sólo el 80% de la Canasta Básica de Alimentos (CAB) de un niño de entre 10 y 12 años. En junio de este año, antes del último aumento y como consecuencia del incremento de los precios, la AUH apenas cubría 64% de los alimentos de un niño de la misma edad. Cuando la AUH se elevó a $644 tampoco alcanzó para adquirir los alimentos básicos de un niño durante un mes, aunque extendió su cobertura al 90%. En el pasado mes de octubre con una Canasta Básica de Alimentos que cuesta no menos de $755 cada mes (siempre considerada para un niño de 10/12 años), los $644 de la AUH cubren poco más del 80%, o sea que después del aumento del 40% de estamos más o menos igual que hace un año atrás, y se sigue deteriorando.

El gobierno dice que se pagan mensualmente tres millones y medio de Asignaciones que llegan a un millón ochocientos mil hogares. Las organizaciones sociales están solicitando un bono para fin de año de $2000, como refuerzo a sus ingresos para paliar el deterioro que les produce la inflación. Si se accediera a ese reclamo para que los $2000 lleguen a los hogares que reciben la AHU(un millón ochocientos mil según el ANSES) el gasto presupuestario se incrementaría en unos 3.600 millones de pesos, que es menos de 2,5%% del gasto anual en subsidios previstos inicialmente –luego incrementados- para el presente año, y menos del 0.4% del total del presupuesto nacional 2014.

En lugar de alentar fantasmas inexistentes el gobierno debería destinar algunos recursos para paliar los efectos del avance de un proceso inflacionario que no puede detener. Con 0,4% del gasto de la administración nacional se podría llegar a un millón ochocientos mil hogares en el que viven no menos de ocho millones de argentinos, que hoy tienen serias dificultades para cubrir sus necesidades básicas.