Sin derrumbe, el optimismo pasó para 2016

Actualidad económica bien áspera, pero sin cataclismos y con optimismo a mediano plazo. El tema es que ese mediano plazo ya no es más el 2015, como se pensaba antes de que estalle la crisis con los fondos buitres, sino que pasó para 2016: se corrió un año más. Y las razones del pesimismo actual y el optimismo a plazo están basadas en que los serios problemas económicos que tiene el país son generados por políticas argentinas, orientación que con un cambio de gobierno se pueden corregir, y no porque hayan cambiado las condiciones estructurales mundiales que tanto están beneficiando a países agroalimenticios como Argentina.Esa es la síntesis del espíritu que llevaron ayer asistentes y panelistas al pre-coloquio de IDEA que ayer colmó de empresarios y funcionarios al salón principal de eventos de la Bolsa de Comercio de Rosario.

Julián García, ejecutivo de Cablevisión y anfitrión del encuentro por ser de Idea Centro, arrancó pidiendo  más diálogo y respeto y también llamó a los hombres de negocios a no dejarse vencer por el miedo y  la indecisión, y renovar las esperanzas de un futuro mejor. Por su parte, la presidenta de General Motors, Isela Costantini, también reclamó al empresariado que “deje de observar y sea agente de cambio”, señaló que es “necesario una mejor integración entre el sector público y el privado” y llamó a “trabajar por una mejor integración económica de la Argentina con el mundo, pero también por una mejor integración social hacia el interior del país”.

En el plano económico, los dos principales disertantes fueron los economistas Miguel Kiguel y Dante Sica,  que pintaron un panorama de caída de hasta el 3% del PBI este año, con inflación del 40%, dólar oficial por encima de los $9 (brecha cambiaria con el paralelo bien amplia) y sin solución definitiva a la crisis de la deuda. 

“Veo un rebote técnico para 2015”, dijo Kiguel explicando que la mejora de los indicadores que puede haber el año que viene es por la comparación con un mal año. Un poco más optimista fue Sica: “Para segundo semestre de 2015 pueden empezar algunas mejoras”.

Ambos coincidieron en que el problema está en el “management” del gobierno, en las políticas económicas “erradas” que generaron todas las encerronas por las que atraviesa hoy el país (default, devaluación, pérdida de competitividad, inflación, falta de financiamiento) y por eso creen que las soluciones recién aparecerán cuando cambie el gobierno y se renueven las expectativas de la mano de otro orientación en la política económica. No obstante, no avizoran una salida fácil para la próxima administración. “El próximo gobierno tendrá que realizar un fuerte ajuste del gasto para reducir los subsidios energéticos, principal causa del déficit”, dijo Sica.

“No veo crisis terminal. Pero si un deterioro gradual de la economía. El retraso cambiario es del 15%. El gobierno buscará evitar una gran devaluación como la de enero, pero no podrá contenerlo y terminará acelerando la caída del peso y poniendo la inflación al 40%”, dice Kiguel.

Ambos señalaron que el financiamiento externo es la clave para fortalecer reservas y que sea menos doloroso la reducción del gasto, pero para eso se deberá  solucionar la crisis con los buitres. “Y este gobierno no lo logrará. Vamos a un default largo, no corto”, completó Kiguel, para quien la gran amenaza es que los bonistas del canje decidan apurar el cobro, generando así una renegociación integral que, eso sí, terminaría por descalabrar todo.