Se ejecuta nuevo acceso portuario y podría haber cambios en la traza final

El presidente de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), Miguel Simioni, tiene una frase de cabecera con la que suele encarar a las autoridades de Gobierno para reflejar el atraso que tiene Argentina en términos de infraestructura: “En el país los granos salen del campo por caminos de tierra y entras a los puertos también por caminos de tierra”.

Con esa expresión, el dirigente sintetiza el déficit vial que complica no solo a la logística agroexportadora, sino también a la calidad de vida de cientos de familias que viven en los pueblos que se sirven del pago de las millonarias tasas que pagan las terminales privadas en la ribera del Paraná. Esos pueblos invierten poco y nada en los caminos, que en muchos casos tienen jurisdicción comunal.

Precisamente fue la BCR la que organizó una recorrida con periodistas para intentar reflejar el estado de la red vial en el distrito de Timbúes, donde operan cinco terminales privadas y confluye el 70% de los granos que se exportan en la zona norte del Gran Rosario.

El sector se verá beneficiado por una obra que ya está en marcha -después de una licitación fallida iniciada por la anterior administración provincial- pero que tiene algunas objeciones de parte de las propias terminales portuarias que presionaron para que el nuevo acceso se concrete.

La realidad de hoy es que todos los camiones que buscan descargar en las terminales apostadas en Timbúes -ACA, Cofco, AGD, LCD y Dreyfus- tienen que llegar hasta la trama urbana de Villa La Ribera para luego desandar el acceso de ripio Cacique Mangoré. Esta calle, bajo jurisdicción de la comuna de Timbúes, sirve de columna vertebral de otros caminos más angostos a través de los cuales se ingresa a cada una de las plantas.

De acuerdo a cifras que difundió la Bolsa, fueron 627.000 las descargas que se hicieron en esa zona en 2022, un flujo que bajó a la mitad el año pasado producto de la sequía y que hoy lleva 163.000 descargas, con una cosecha que -sobre todo en soja- registra un fuerte retraso.

Ahora bien, en ejecución está un nuevo acceso de tránsito pesado a las terminales. El tramo comprende desde la Ruta Provincial 91 hasta el acceso de calle Cacique Mangoré, con una longitud total de 7 kilómetros. Ya se trataba en la rotonda de inicio de la traza en la intersección de la Ruta 91. Los pliegos adjudicados emplean un puente ya construido sobre la autopista Rosario-Santa Fe y estipulan la construcción de dos puentes desde cero: uno sobre la Ruta Nacional 11 y otro sobre el cauce del río Carcarañá. Con un plan de ejecución de 14 meses, hay algunos que nos descartan que la obra pueda demorarse.

Un retoque

Ahora bien, las mismas terminales que insistieron en que la obra se concrete ahora presionan por un cambio en la traza. Si bien la Dirección Provincial de Vialidad (DPV) todavía no registró el ingreso del pedido de cambio del mapa del camino, las cinco compañías aeroportuarias contrataron una consultora privada con la que buscan justificar el nuevo recorrido que vienen proponiendo. El tema anticipa polémica.

Aunque están dispuestos a “ver de qué se trata” desde Vialidad santafesina aseguran que “es bastante tarde para cambios, dado que ya se hizo todo el trámite y firma de acuerdos de sesión y futura venta de lotes para ser ocupados por la nueva ruta”.

La modificación en el trazado busca que el nuevo acceso no desemboque tan cerca de la terminal de la firma Renova, la que se ubica más al norte en el frente costero de Timbúes. Es que el establecimiento, por su capacidad instalada, es el que convoca más cantidad de camiones y si por un hecho fortuito se produjera una interrupción en el flujo de descarga allí, los operadores temen que en la desembocadura del trazado nuevo pueda producirse un atolladero de unidades de transporte, bloqueando la circulación a los otros muelles privados. El nuevo recorrido que proponen las compañías apunta a que el camino se dibuje algunos kilómetros más al sur, entre las terminales de LDC y Cofco.

Lo cierto es que la modificación llega a destiempo y es un elemento que ya genera oposición porque implicaría nuevas expropiaciones que le agregarían más tiempo de burocracia a la concreción de una obra muy esperada.

Lo particular del asunto es que la nueva traza que está en ejecución tiene, en principio, el tramo final de ripio, es decir que -tras atravesar el río Carcarañá con el nuevo puente- la vía de acceso tampoco será de asfalto.

La infraestructura tiene otra contra. Resulta difícil explicar el hecho de que la vía de ingreso a los puertos si bien aprovechará un puente de hormigón sobre la autopista no tendrá vía de ingreso desde esa traza. Es decir que los camioneros que circulen por la autopista Rosario-Santa Fe y lleguen a la zona de Timbúes no podrán subirse al nuevo camino. La única forma de entrar será bajando en Villa La Ribera y empleando la ruta 91.